Habas, habichuelas, porotos, judías, legumbres, todos esos nombres y tantos otros usamos para hablar de las HABAS. Las habas son plantas herbáceas, de la familia de las leguminosas, de hasta unos 80 cm de alto.
Son originarias de la cuenca mediterránea y Asia central., pero se cultivan en todo el mundo. En el hemisferio sur siembran desde marzo a junio Y se cosechan a partir de setiembre y hasta diciembre.
Hoy en día es poco frecuente su cultivo, evidentemente los sabores también sufren modas y por algún motivo las semillas de esta planta no son de uso frecuente en nuestro país. A pesar de estos cambios en el uso de los alimentos, aún se ven cultivos de este vegetal, muy nutritivo en carbohidratos y proteínas.
Las semillas (parte de la planta que se consume) son muy
grandes, crecen adentro de una vaina grande, de color verde. Por dentro posee
como un “colchoncito” para proteger a las semillas.
Sus tallos son muy particulares, no son cilíndricos, tiene cuatro aristas.
Es muy lindo observar el crecimiento
de las vainas, luego de la fecundación tienen aproximadamente 1 cm y cuando
están en su máximo crecimiento pueden llegar hasta los 30 cm de largo.
Son semillas deliciosas para utilizarlas en múltiples
preparaciones. Sí da trabajo su preparación. Primero hay que sacar las semillas
de adentro de la vaina y luego hay que sacarle la cutícula o tegumento a cada
semilla, debido a que su textura y sabor no son muy ricos al paladar sobre todo
cuando la semilla es grande.
Es frecuente utilizarla en tortillas, revueltos, ensaladas o guisados.
¿En esta primavera, las viste en las verdulerías?
Pregunta en tu hogar si las han consumido o no.
En noviembre ya estamos al final de la cosecha. Si no encuentras, no te olvides probarlas la próxima primavera.
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