Qué hermosa lista podemos hacer de paisajes y actividades que caracterizan al otoño. Maravillosos colores en el follaje de algunos árboles y arbustos es lo más mentado.
Pero qué dejamos para los sabores del dulce de membrillo,
y proliferan líquenes y musgos,
y el color de los frutos de flor de mariposa se destacan,
y las últimas floraciones de los rosales dicen presente,
y las mágicas alfombras de bellotas de roble ya en el suelo con semillas empiezan a germinar,
y las gotas de rocío lucen así en las telarañas,
y las brotaciones rojizas del arazá no faltan,
y la cosecha de zapallos que dará para varios meses genera gran alegría
y los primeros varillajes del ceibo se hacen notar,
y los vuelos incesantes de diversas mariposas aún continúan,
y los primeros fueguitos de las estufas en los hogares ya se disfrutan,
y las bellas floraciones de alguna tunas no dejan de sorprender,
y los cultivos de trigo germinando se observan en el paisaje de nuestro país.
¿Por qué todos los otoños se repiten ciertos paisajes y actividades que los caracterizan? En nuestro hemisferio, el sur, las temperaturas promedio de esta estación están entre 5°c de mínima y 18°c de máxima.
Las horas del día con luz solar pasan de ser aproximadamente doce el 21 de marzo -día del comienzo del otoño- y llegan a su menor cantidad en el año el 21 de junio -aproximadamente 9 horas- día que el otoño es sucedido por el invierno.
Estos cambios en el ambiente son percibidos por animales, vegetales, hongos y microorganismos. Los seres vivos se adaptan a estos cambios, algunos pierden las hojas, algunos aumentan su pelaje para tolerar las bajas temperaturas. Los hongos por ejemplo, disfrutan el aumento de humedad y se destacan en los paisajes por mostrar sus estructuras reproductivas. La naturaleza siempre nos muestra que los seres vivos entre sí y con los elementos inertes se relacionan, interactúan, se adaptan.
¿Te animarías a enviarnos un comentario con alguna otra característica del otoño que conozcas?
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