Pequeñas maravillas, el fascinante mundo de los colibríes.

26 noviembre, 2024


Picaflor verde alimentándose en salvia gurananítica

¡Hola a todos! Casi cerrando el año, hoy les traemos un post sobre un animal maravilloso. Ya sea un niño o un adulto, este animal nos fascina a todos por igual cada vez que tenemos la oportunidad de verlo. Parte de esa fascinación tiene que ver con lo elusivo que es, su rapidez y agilidad son difíciles de seguir. ¿Alguno sospecha de quién estamos hablando? ¡Sí, nada menos que del colibrí o picaflor! Hoy venimos a charlar y e investigar juntos sobre esta ave tan peculiar. 

Con sus alas zumbando, vuela rápidamente hacia una flor. Se detiene en seco, se mantiene suspendido en el aire, y luego introduce su largo pico en la flor para usar su larga lengua y sorber néctar. Una, dos, tres veces retrocede, se detiene y se lanza nuevamente hacia la flor. ¡Y luego, zzzzzz! Se va volando hacia otra flor.

Ningún otro pájaro vuela como un colibrí. Gracias a la forma de sus alas, los colibríes pueden mantenerse en un solo lugar, además de volar hacia atrás, de lado a lado, directamente hacia arriba y abajo, ¡e incluso al revés! También baten sus alas a una velocidad increíble: entre 20 y casi 100 veces por segundo. De hecho, el rápido batir de las alas produce el zumbido que da nombre a los colibríes en inglés: hummingbirds.





Los colibríes son pequeños acróbatas voladores, sin duda, pero eso no es todo.

Impulsados por las flores.

Los colibríes a veces comen pequeños insectos y arañas, pero su comida favorita, sin duda, es el néctar de las plantas, ese dulce líquido que producen algunas flores. Los diferentes tipos de colibríes prefieren distintas plantas y, a menudo, visitan muchas flores mientras buscan néctar. Todas estas visitas a las flores convierten al colibrí en un excelente polinizador. Para saber más sobre la polinización les recomendamos el siguiente post: Chacra Educativa Santa Lucía: Un pequeño vistazo al gran mundo de las flores

Se necesita mucho combustible para mantener a un colibrí ocupado en un día común. Y un colibrí requiere aún más energía cuando está migrando, viajando entre el lugar donde cría a sus polluelos y el sitio donde pasa el invierno. 

En Uruguay tenemos algunas especies que residen de forma permanente y otras que nos visitan temporalmente. Leucochloris albicollis (Picaflor de garganta blanca) y Hylochuris chrysura chrysura (Picaflor bronceado) son las dos especies que residen de forma permanente. Anthracorax nigricollis (Picaflor vientre negro), Thalurania glaucopis (Picaflor corona violácea), pueden ser vistos ocasionalmente, pero su presencia es rara. Florisuga fusca (Picaflor negro), es un visitante de invierno, mientras que Heliomaster furcifer (Picaflor de barbijo) es un visitante de verano, al igual que Chlorostilbon aureoventris berlepschi (Picaflor verde), siendo este último el más fácil de avistar de estos visitantes.


Picaflor verde
Picaflor garganta blanca
Picaflor dorado

¿Sabían que podíamos encontrar todas estas especies en Uruguay? ¡Y esas no son todas! Se han identificado 343 especies de colibríes que habitan  en América del Norte y del Sur. Con tal cantidad de especies se clasifican como la segunda familia de aves más grande del mundo.

Picaflor cometa, no habita en Uruguay, esta imagen fue tomada en el norte argentino.

Maravillas en miniatura.

El tamaño de los colibríes varía según la especie. Para darles una idea de sus dimensiones, la especie más pequeña pesa aproximadamente 2.2 gramos, mientras que la más grande llega a unos 20 gramos. El colibrí más pequeño es el colibrí abeja, que también se reconoce como el ave más pequeña del mundo. Además de ser el ave más pequeña del mundo, también es el animal más pequeño con columna vertebral, lo que lo convierte en un objeto de intenso estudio para los investigadores.

El impulso reproductivo de los colibríes.

Al igual que en muchas otras especies, los machos de colibrí hacen grandes esfuerzos para impresionar a las hembras. Para atraer a una compañera dispuesta a ayudar a propagar los genes del macho a una nueva generación, los machos realizan varias estrategias:

Migrar varias semanas antes que las hembras

Esto les permite a los machos reclamar los mejores territorios con las fuentes de alimento más ricas para tentar a las hembras que llegan más tarde. Los machos se posan en ramas altas para vigilar su territorio y asegurarse de ser visibles para cualquier competidor o hembra interesada.

Presumir su atractivo

Para una hembra de colibrí, nada es más atractivo que un macho fuerte y de colores brillantes. Para demostrar su vigor, los machos despliegan las plumas coloridas de su garganta, exhiben sus colas, estiran sus alas y revolotean frente a las hembras, mostrando sus mejores colores y poses.

Demostrar fuerza y agilidad

La habilidad de vuelo ágil es esencial para los colibríes, y los machos ansiosos muestran cuán ágiles son en el aire con una serie de picados en forma de U o figuras en 8 frente a las hembras. Durante el vuelo, sus alas y colas pueden zumbar para atraer más atención, o emiten sonidos mientras vuelan.

Luchar por su pareja elegida

Con las hormonas al máximo en primavera, no es sorprendente que estas pequeñas aves se enfrenten en alguna pelea. A pesar de su tamaño diminuto, los colibríes machos pueden ser muy agresivos, atacando a intrusos e incluso chocando contra ellos o enfrentándolos con sus picos.

Ejemplares enfrentados, ¿para marcar territorio o cortejándose?

En este video puede verse el ritual de apareamiento de una especie de colibrí: Baile nupcial de un colibrí

Una vez que un macho ha conquistado a su hembra, llega el momento del apareamiento. Curiosamente, aunque puede tomar días o semanas cortejar a una hembra dispuesta, el acto de apareamiento dura solo unos segundos. El macho se posa sobre la espalda de la hembra, y ambos mueven sus colas hacia un lado para tocar brevemente sus genitales. Los colibríes no tienen genitales como los mamíferos, pero este rápido contacto es suficiente para que el macho transfiera su material genético a la hembra, fertilizando sus huevos.

Una pareja puede aparearse varias veces en pocos minutos, pero después de esto, su relación termina rápidamente y el macho se marcha. La hembra comenzará a preparar el nido, mientras que el macho podría intentar atraer a otras hembras para continuar propagando sus genes. Dado que una pareja de colibríes no mantiene una relación durante la temporada de reproducción, no hay monogamia ni devoción entre compañeros. Después del apareamiento, los machos no ofrecen ayuda ni apoyo a las hembras, quienes deben encargarse de:

Construir el nido

La hembra elegirá un lugar seguro para anidar, como un arbusto espinoso o la punta de una rama delicada que los depredadores no puedan alcanzar. El nido, del tamaño de una pelota de ping pong, está hecho de material vegetal, líquenes y seda de araña, y se expande a medida que crecen los polluelos. La madre también reparará el nido mientras lo utilice.

Incubar los huevos

Los colibríes ponen dos diminutos huevos que deben incubarse cuidadosamente entre 14 y 20 días, dependiendo de la especie y la temperatura. La hembra utiliza sus patas para rotar los huevos y calentarlos de manera uniforme. Aunque necesita dejar el nido para alimentarse, vuelve rápidamente y permanece alerta ante depredadores u otras amenazas.

Nido con sus 2 huevos blancos.

Cuidar a las crías

Después de que los huevos eclosionan, toma de 3 a 4 semanas para que las pequeñas aves abandonen el nido. Al principio, los polluelos están completamente desnudos e indefensos, y la madre los cuida continuamente. Les alimenta con una mezcla regurgitada de néctar e insectos, y poco a poco crecen y fortalecen sus alas. Una vez que abandonan el nido y comienzan a aventurarse hacia los alrededores del nido, la madre les enseñará a obtener comida.

¿Has observado y/o escuchado colibríes en tus paseos por naturaleza o parque urbanos?

¿Qué características de esta especie de aves te permitiría reconocerlos facilmente?

¿Qué deberían tener en tu hogar para que lo visitaran con frecuencia?


 


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