Teros (Vanellus chilensis) muy conocidos por todos, son visitantes
permanentes de la Chacra Santa Lucía.
Los centinelas de la pradera, permanentemente alertas para dar la voz de alarma si se acerca una persona o animal extraños. Comparables a los perros en los jardines de las casas de las zonas urbanas. Ellos no ladran, gritan su peculiar “teu-teu” a los cuatro vientos; y si tienen huevos o pichones en el nido, su gritería puede prolongarse durante un largo rato.
Los centinelas de la pradera, permanentemente alertas para dar la voz de alarma si se acerca una persona o animal extraños. Comparables a los perros en los jardines de las casas de las zonas urbanas. Ellos no ladran, gritan su peculiar “teu-teu” a los cuatro vientos; y si tienen huevos o pichones en el nido, su gritería puede prolongarse durante un largo rato.
Anidan en el suelo y sus huevos se confunden con el entorno. Son aves muy territoriales, incluso agresivas defendiendo la nidada:
realizan vuelos rasantes sobre los intrusos con el objetivo de asustarlos.
No andan solos, siempre se les ve en parejas, tríos o pequeños grupos. Y en los días más calurosos del verano se los puede ver agrupados aprovechando manchones de sombra.
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