Pertenecen a la familia de las gramíneas. Son hierbas perennes, sus
hojas alcanzan 1,5 metros de altura y sus cañas floríferas pueden tener entre 2
y 3 metros de largo. Las hojas son ásperas y muy cortantes en sus bordes, pues
son aserradas. De ahí el origen de su nombre científico.
Suele ocurrir que por el aspecto de cinta de sus hojas, cuando uno
pasa a su lado las intenta agarrar entre los dedos; de hacerlo, el borde
aserrado de las hojas producirá un corte similar al de un cuchillo dentado.
Prefieren vivir en zonas húmedas, pero recorriendo nuestro país las podemos observar en una gran
diversidad de ambientes adaptadas a suelos muy diversos. Son resistentes al
salitre por eso también las vemos en la costa oceánica del territorio.
Su crecimiento espontáneo
(sin cultivarla) en toda el área rural de Montevideo es muy frecuente. En
campos abandonados, humedales, bordes de caminos, orillas de cursos de agua. La
abundancia de estas gramíneas en la zona, da nombre a una localidad de nuestro
departamento llamado Pajas Blancas.
Durante todo el año lucen un denso follaje elegante y verde claro, en
su base se van acumulando hojas secas que se tornean como risos del cabello.
En febrero colman el paisaje con sus flores que forman panojas densas,
de colores: blancas, plateadas, amarillentas y violáceas. Por el mes de abril
las panojas muestran un deterioro y de esas panojas se desprenden elementos
blancos: los frutos conteniendo semillas que son dispersadas por el viento.
En nuestro país no
tienen uso productivo pero sí paisajístico y se utilizan cada vez más en
jardines y parques por su indiscutible belleza ornamental. Artesanos, floristas,
diseñadores también emplean sus flores de colores naturales o teñidas para adornar
interiores.
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