Silencio, que aún caen algunas
hojas secas, las últimas del otoño demorado que finalmente se deslizó hacia el invierno. Al desprenderse de los árboles de follaje caduco, descienden flotando en el aire y
llegan al suelo con un lento desmayo.
A la falta de lluvias del verano
(enero, febrero, marzo) le sucedió un otoño también carente de precipitaciones…y van ya dos meses de un invierno seco. Hace seis meses que los tajamares de la Chacra Santa Lucía no reciben agua de escurrimiento.