Todo el año, el color gris marca su presencia en la naturaleza. Aún durante la primavera, las coloridas y variadas plantas florales, se lucen junto a las borduras y otras plantas grises que las realzan. El gris, no compite, el gris, armoniza. En otoño, invierno y verano, las gramíneas y otros vegetales, rompen los mitos del color y enaltecen el gris con su amplia gama de tonalidades.
Los grises renuevan goces y admiraciones en el observador y amante de la naturaleza. Acompañan ramos de floristas refinados, completan canteros florales con toques finos y delicados.
Para combinar - o no - aunque los grises no siempre pertenezcan a una gama por todos preferida, ellos adornan la vida silvestre, los jardines, parques y plazas. ¡Cómo no van a ser bellos si son atracción pura!
En los paisajes naturales semiáridos y en los jardines que los imitan, los grises se manifiestan por doquier, apenas notables, casi pudorosos. Siempre hermosos. Rocas, piedras, gravilla, cactus, plantas suculentas no cactáceas. Como pinceladas que armonizan con todos los demás colores.
No hay comentarios:
Publicar un comentario