El otoño empezó en el mes de marzo y desde entonces hasta el comienzo del invierno, ya se observaron algunos fenómenos propios de la estación y otros, aún continuarán apreciándose.
En las mañanas frescas y serenas de otoño el paisaje que rodea a la Chacra suele cubrirse con nieblas y neblinas. En las telas de arañas tejidas sobre el pasto quedan atrapadas innumerables gotas de humedad.
Aquí y allá surgen manchones amarillos, ocres, marrones y dorados provenientes del follaje de los árboles caducos. Los perales y manzanos están cargados de sabrosos frutos, los aromos se preparan tempranamente para florecer en el invierno y en los rincones húmedos del suelo, abundan los hongos.
Aunque escasean, aún se observan insectos y flores silvestres, como los macachines rosados y amarillos. Las anacahuitas están llenas de frutos maduros. En los gallineros, las plumas y las hojas secas lucen el mismo color.
Durante todo el día se oyen gritos de teros que vuelan en bandadas de siete u ocho, buscando pareja para la aún lejana primavera.
Somos de 4º D del Instituto Crandon. Nos interesó este sitio de la chacra. Aprendimos que los teros buscan pareja en otoño para la primavera. Saludos
ResponderEliminar¡Gracias por el mensaje! Nos encanta que vengan todos los meses a la Chacra pero también nos encantó saber que disfrutan nuestros artículos del blog.
Eliminarsoy de 4to c muy interesante la pagina
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