Así
quedan los canteros cuando el año escolar finaliza: con una siembra de
gramíneas que protegerá el suelo.
Las
semillas de Sudan grass sembradas en el cantero al finalizar el año, germinan y
crecen dando protección. Las plantas sirven de cobertura natural evitando que
el agua erosione el suelo.
A los lados de los canteros, los senderos empastados también evitan la erosión y permiten circular por los caminos sin embarrarse.
A los lados de los canteros, los senderos empastados también evitan la erosión y permiten circular por los caminos sin embarrarse.
En
la Chacra Educativa Santa Lucía, cada acción que emprendemos con la naturaleza,
es una acción pensada, responsable y respetuosa del ambiente.
Cuando
las gramíneas adquieren total desarrollo se cortan, se pican y se incorporan al
suelo del cantero, devolviéndole los nutrientes que le quitaron las raíces. De
este modo, el círculo se cierra, el material orgánico se recicla, y el cantero
vuelve a ser apto para cultivar hortalizas.
El
riego por aspersores contribuye a reducir la materia viva descomponiéndola,
ayudando a acelerar el natural proceso de desintegración.
Para
evitar la erosión y para colaborar con la descomposición de la materia y su
incorporación al suelo del cantero, el mismo se cubre con plástico. El reposo
es sólo aparente pues el proceso de enriquecimiento del suelo continúa. Debajo
de la cubierta artificial, la otra cubierta natural se transforma en abono para
las futuras plantas.
Durante los meses de
vacaciones, mientras los escolares no concurren a la Chacra Educativa Santa
Lucía, la huerta se prepara -lenta y eficientemente- para recibirlos.
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